lunes, 14 de enero de 2008

Conciendo la batalla

"Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla."
Sun Tzu, El Arte de la Guerra.
En el anterior post hablámos sobre la capacidad del jugador a adquirir información del campo de batalla. Esta información se puede dividir en tres categorías (en lo que al juego concierne, no estoy hablando ahora de estrategia general): conocimiento de las tropas, conocimiento de los jugadores y conocimiento del terreno.

Estas tres categorías son interdependientes, por supuesto, formando en ese conjunto un escenario determinado. Es decir que deberíamos poder conocer el funcionamiento de una unidad o miniatura determinada actuando en un determinado terreno y contra (o bajo) el estilo de juego de un jugador concreto.

Por supuesto el número de variables es abrumador (no diremos infinito por que infinito es mucho ^_^). Es muy complejo que cualquier persona pueda en un momento dado tener en mente todo el elenco de posibilidades que ofrece una determinada situación en el tablero. No digamos ya barajar todas las posibles variables antes de la batalla para realizar una buena estrategia y llevarla a cabo.

Para ello necesitamos una serie de herramientas que nos permitan no sólo atenernos a un patrón de información comprensible sino que además nos permitirá usar parámetros para la valoración de dicha información y poder tomar decisiones al respecto.

En lo que respecta al contrario o a uno mismo, pocas cosas podemos aplicar que no sea la tendencia a cierto tipo de juego. Se trata de información que no puede ser cuantificada y que por tanto forma parte de la información adquirida por la experiencia que comentaba en mi anterior post. Baste decir que esta información siempre vendrá dada por la personalidad y el estilo de juego tanto del contrario como de uno mismo. El conocimiento de uno mismo debería adquirirse mediante la experimentación y la experiencia, encontrando la forma de juego, el tipo de estrategia o de táctica, con las que nos sintamos más a gusto. Que esto tampoco lleve a engaño. No tiene por que significar que nuestra forma de jugar se vuelva estática una vez encontrada, puesto que para muchos el no jugar dos veces de la misma forma es su forma de juego y con lo que se sienten cómodos. No hay que tenerle miedo a la experimentación táctica o estratégica, pero tampoco hay que caer en la completa inmovilidad. De la misma manera la adquisición de información de los contrarios pasa por la observación de las estrategias, métodos y reacciones del contrario ante nuestras propias estrategias, métodos y reacciones.

Sin embargo hemos de reseñar que el contrario (o uno mismo) es sólo una parte de lo que la frase de Sun Tzu dice.

Tanto con nuestras tropas como con el terreno debemos tener el mismo conocimiento. Y con ambos podemos establecer parámetros en los cuales basarnos para la toma de decisiones.

En el caso del terreno siempre nos hemos de basar en el efecto que va a tener este en nuestras tropas o en las del contrario. Por tanto siempre debemos basarnos en los efectos de potenciación (cobertura, infiltración...) o de negación (evitar la línea de visión, terreno difícil, obstáculos ...) del terreno. Y siempre hemos de recordar que estos efectos en el fondo son relativos y que lo que cuenta es la ventaja respecto al contrario o la ventaja que recorta del contrario respecto a nosotros)

En cuanto a las tropas, son el apartado más quantificable que tenemos gracias a las características de cada uno de ellas. Sin embargo no todo son las características, sino que también hay que contar con las reglas especiales (así cómo los distintos tipos de ataque) que los hacen más potentes o menos en función de éstas. Por tanto usar tan sólo las características (stats) de las miniaturas no es conveniente para una buena valoración (aunque no hay que despreciarla, por supuesto, tan sólo no es completa).

Más adelante tengo intención de seguir con las valoraciones tanto de las miniaturas cómo del terreno, aunque mi intención es basarme más en las miniaturas.

Si habeis llegado hasta aquí, gracias, por que estoy poniendo unos "rollos" bastante largos. ^_^

Pater Zeo


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1 comentario:

Anónimo dijo...

hola

Bien, estoy deacuerdo con casi todo el comentario indicado, ahora bien faltaría sólo añadir unas puntillas:

- El conocimiento de nuestras tropas no incluye sólo conocer sus stats y reglas especiales, incluye también, la experiencia que tengamos con ellas. No se cúantas veces se han descartado ciertos elementos porque sobre el papel parecían (o no) malos, o poco efectivos, y una vez los juegas y los pruebas, te das cuenta que es todo lo contrario. El haber jugado varias veces con ellas, te permiten valorar sus límites REALES (por así decirlo).

- Conocer al enemigo; es sin duda uno de los elementos más importantes, he perdido la cuenta de gente que ha tenido "desagradables sorpresas" jugando a este juego. Por supuesto el conocer al dedillo sus habilidades tampoco te salva de ello, en un juego del tipo "combero" has de conocer no sólo lo que hace cada elemento del enemigo, sino anticiparte a las posibles combinaciones y el resultado de ellas. Aquí también entraría en cierta manera, la importancia de la "experiencia", pues ciertas combinaciones son más conocidas que otras y puedes anticiparte al enemigo si este juega de manera poco original.

Poco más que añadir a lo expuesto.

Saludos

Holdur Dogalus